Museo del Abanico

El Museo del Abanico es todo un favorito de la ciudad gracias a sus exposiciones que muestran una extensa selección de abanicos decorativos, ceremoniales y funcionales.

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• Con nosotros, no pagues nada a la entrada: solo tienes que mostrar tu pase.
• Admira la colección permanente de la planta baja, que sigue la historia de los abanicos y su fabricación desde el siglo XII hasta la actualidad.
• Descubre la exposición temática de la planta superior, que cambia tres veces al año y muestra abanicos de la colección y abanicos en préstamo.
• Visita los edificios catalogados de grado II del museo y que han sido restaurados con gran cuidado.
• Contempla el jardín japonés "secreto" desde el hermoso salón de té del invernadero y, quién sabe, a lo mejor hasta te animas a tomarte el té de las cinco.

El Museo del Abanico es el único museo del país dedicado a la historia y la fabricación de los abanicos. Desde el siglo XII hasta la actualidad, los abanicos expuestos cuentan la historia de la fabricación del abanico en todo el mundo y la relación de esta forma de arte con la historia social, la política contemporánea y el diseño.

Historia del Museo del Abanico

El Museo del Abanico lleva atrayendo a incontables visitantes a su hermosa sede en Greenwich desde 1991 y en 2021 celebró su 30º aniversario. Pero la historia del primer y único museo del Reino Unido dedicado a los abanicos comienza mucho antes. La fundadora y directora, Hélène Alexander, inspirada por su padre numismático, empezó a coleccionar abanicos en la década de 1970. A finales de los años 70, contaba ya con más de 1.000 abanicos.

En 1985, Alexander fundó el "Fan Museum Trust", con la intención de crear el primer museo del mundo dedicado a los abanicos, a su técnica de fabricación y a las influencias artísticas y sociales de su creación. Alexander tardó algún tiempo en conseguir el lugar perfecto para abrir el museo e incluso entonces la propiedad que compró en Greenwich, un edificio protegido catalogado de grado II, necesitaba una importante renovación para resolver diversos problemas estructurales y convertirlo en un espacio museístico unificado.

Fue en 1991 cuando el Museo del Abanico abrió finalmente sus puertas al público. Tanto las piezas expuestas como el edificio están llenos de encanto, carácter y elegancia. Alexander quería que pareciera un espacio hogareño, íntimo y acogedor, lo cual se logró gracias a la delicada restauración de los edificios, junto con la adición del salón de té del invernadero y el tranquilo jardín japonés, cuyas vistas se pueden admirar desde el propio salón. Los voluntarios y el personal que lo gestionan saben mucho sobre el tema y estarán encantados de ayudarte, incluso muchos de ellos son buenos amigos de Alexander y partícipes de su pasión.

Una de las características más destacadas del museo es que posee una atmósfera que nos recuerda a tiempos pasados. Sin embargo, el Museo del Abanico es muy consciente de que debe mirar al futuro si quiere contribuir a invertir el declive de las prácticas de fabricación de abanicos en todo el mundo. Las últimas exposiciones han analizado la fabricación de abanicos en el mundo moderno y han dado a conocer a los artesanos que todavía practican esta forma de arte.

Lo más destacado del Museo del Abanico

• Traza la historia de los abanicos y su fabricación en la colección permanente, que cuenta con abanicos de todo el mundo desde el siglo XII hasta la actualidad.
• Visita la exposición temporal en la planta superior. Estas exposiciones, procedentes de la colección principal y de préstamos de todo el mundo, se cambian tres veces al año.
• Admira este espléndido edificio del siglo XVIII, catalogado como de grado II, donde se sitúa el museo, el salón de té del invernadero y el jardín "secreto" de estilo japonés.

Curiosidades del Museo del Abanico

• Los abanicos de mano se hicieron especialmente populares en España y los bailaores de flamenco los incorporaron a sus coreografías.
• Los textos antiguos revelan que los abanicos de mano se utilizaban ya en la antigua Grecia, en el siglo IV a.C.
• Los abanicos de pantalla, que son rígidos y no tan portátiles como los clásicos plegables, se hicieron populares durante los siglos XVIII y XIX. Tradicionalmente los utilizaban las mujeres para protegerse la cara del resplandor y el calor del fuego. Los abanicos también ayudaban a evitar que el maquillaje a base de cera de las mujeres se manchara y se corriera con el calor del fuego.

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El invernadero y el jardín japonés

El invernadero se añadió al Museo del Abanico una vez terminadas las renovaciones de las casas del siglo XVIII. Este singular salón de jardín está decorado con murales maravillosamente detallados y posee un estilo arquitectónico acorde con los edificios originales. En este ambiente se sirve el té de la tarde a sus visitantes, con espléndidas vistas al jardín de influencia japonesa situado en la parte trasera de la propiedad.

Entrada: muestra tu pase para entrar.